Monday, May 28, 2007

Inocentes culpables

Guardo un algodón de sueños
en mis bolsillos
rotos

Canto una canción de cuna
y con ternura
los despido:

El puente se va a caer
va a caer
va a caer
el puente se va a caer
que no se caiga


¡Puente, fuera abajo!

Lágrimas,
no se escondan
son invitadas de honor en este acto,
mejor aplaudan y aplaudan,
malditas acuosas.

Sunday, May 27, 2007

Noche congelada del 27 de mayo: Segunda Parte.

Sé que ya no sería lo mismo ver a Liv Kristine en vivo. Siento un poco de nostalgia. Soy nostálgica. Y analizándome quizá comprendo un poco la razón: quisiera retener emociones. Desde las más profundas penas hasta las más rebosantes alegrías quedan guardadas en los cofres de los momentos, para siempre. Podemos recordar con pena o recordar con alegría, pero no tendremos la llave de la pureza inicial. Y eso me angustia. Algo tan humano, tan natural, me cuesta aceptarlo. Que todo vaya pasando o se vaya modificando. Ahora entiendo por qué a veces tengo nostalgias de periodos en mi vida que incluso no eran mejores que este. No son los recuerdos la causa de mi nostalgia: en realidad, es el paso del tiempo. Como si se pudiera retener el pasado. Y a veces siento nostalgia de lo que aún no ocurre, mas supongo que ocurrirá. Como si el futuro pudiera ser presente. Qué tontería, y puedo sentir nostalgia del presente, de esta noche madrugadora que se va en tres horas. Lo peor es que la nostalgia no se atenúa con nada. Cuando me siento triste suelo contrarrestarlo con alegría o felicidad, aunque a veces sea leve el efecto, me resulta. No hay nada que se oponga a la nostalgia. No sé de qué manera encararla. Necesito humanizarme más. Liberarme de esta sensación o darle por lo menos más dulzor. El tiempo es un bicho que anda y anda, decía Cortázar. Nosotros también somos bichos. Debo aceptarme como bicho. Estoy estancando mi corazón. Corazón de grillo y saltamontes. Bichito dentro de cuerpo de bicho.

Noche congelada del 27 de mayo: Primera parte.

El ocho de abril del año pasado fue un día de encantamiento. Asistí al concierto de la que en ese entonces era mi cantante favorita: Liv Kristine. Nunca pensé que vendría a Chile, y menos que yo la vería en primera fila.
Sencillamente, parecía un ángel: su voz y mirada celestial me extasiaron por completo. Aunque estaba sudada, un poco enflaquecida y algo arrugada, pero para mí los ángeles son etéreos así que su aspecto físico no me importó. Del suceso, el recuerdo material se resume a tres cosas: un afiche y una carátula de disco firmados por ella junto a una foto en la que salgo yo y un 1/4 de su cara. El recuerdo "mental": muchos detalles de ese día, desde las cuatro de la tarde hasta las cuatro de la madrugada. El recuerdo "emocional": sé que fui inmensamente feliz, al punto de gritarle "te amo" en un arrebato de admiración, algo casi indecible para mí, por varios motivos que no vienen al caso. Sin embargo, ahora que junto los tres recuerdos, en síntesis: nostalgia. Era otro momento de mi vida: capaz de hacer pequeños esfuerzos para estar en un concierto, atraída por conocer personas con gustos musicales similares, interesada por ir a lugares en donde tocaban mi música preferida. En cambio, hoy es casi todo lo contrario: no me interesa ir al concierto de ningún cantante ni banda, no me siento atraída prioritariamente por los gustos musicales del resto - mas bien me agrada que la música los sensibilice- y, por último, yo adecuo los lugares a la música que esté escuchando.

En el fondo, tuve que irme de viaje hacia mí misma y me llevé a la música conmigo . En el presente estoy más sola, pero más cerca de la música. Y más cerca de mí, gracias a ella.

Saturday, May 26, 2007

A mar

Algunos artistas
-aman-
se esmeran en crear las mejores obras de arte
y lo logran,
porque el resultado se nota en las caras
de quienes observan tales obras
-y de los artistas también-

Algunas señoras
-aman-
se esmeran en crear los mejores platos de comida
y lo logran,
porque el resultado se nota en las caras
de quienes prueban tales platos
-y de las señoras también-

Pero yo que no soy artista ni cocinera
¿qué haré para dedicarme al mundo?

¿dibujar un elefante de espaldas?
¿hacer una pasta tres minutos? (!)

Mientras la muerte sea suspensiva . . .
mientras la muerte sea sustantivo
mientras las muerte sea sólo un sonido
mientras pueda escribir y decir ¡puta muerte!

Lo juro:
Intentaré crear la vida
sin medio alguno
más que la vida en sí...

a ver si lo logro
a ver si se nota
a ver si vale la pena vivir.


( y cuando la muerte sea un hecho... irme feliz
- envuelta en rosa azul- )

Wednesday, May 02, 2007

Lagrimicidio.


No llores tanto: cuando la vida sigue, habiendo acabado, en cualquier momento empieza otra vez.